Descripción
En suelos arenosos mejora la estabilidad de las fuerzas de tensión por lo que la retención de humedad es mayor; en los arcillosos se evitan las grietas y así se reduce el estrangulamiento de raíces y cuellos de plántulas.
Incrementa las poblaciones de los microorganismos ayudando a descomponer la materia orgánica, fijando más nitrógeno atmosférico y mejorando la aireación y porosidad de los suelos.
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